Creemos saber quiénes somos. No tenemos ni idea.
Es la sensación de contacto. En cualquier ciudad por la que camines pasas muy cerca de la gente y ésta tropieza contigo. Aquí nadie te toca. Estamos siempre tras este metal y cristal y añoramos tanto ese contacto que chocamos contra otros sólo para poder sentir algo.
Cuando te mueves a la velocidad de la vida, acabas por chocar con los demás.
SED FELICES
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